A veces, necesitamos hablar con alguien para desahogarnos y, qué bien nos sentimos después de esa conversación con esa persona a la que le hemos compartido nuestras angustias, nuestros temores o nuestras expectativas. Sin embargo, no logramos resolver nada, pues no tomamos acción. Llega el momento en el que esa amiga se cansa de oír la misma historia, se cansa de ese constante lamento y se aleja. Qué hacemos, pues buscamos a otra persona a la que le podemos contar nuevamente la historia, y así la pasamos. Pero ¿será esta la solución?
Aprendamos a tomar acción, a resolver lo que podemos y a aceptar lo que no podemos o no queremos cambiar. Solo se trata de tomar decisiones y movernos en la dirección correcta.
Leave A Comment